Cómo se gestó la sentencia para quienes tuvieron responsabilidad en caso de muerte de un minero en 2013

En el año 2013 el trabajador minero de Radomiro Tomic, Nelson Barría Figueroa, murió aplastado por 3.300 toneladas de material. La investigación de su muerte resolvió que sí hubo responsabilidad de sus superiores, y uno de ellos fue condenado por cuasidelito de homicidio.

¿Cómo parte esta historia?

El día sábado 23 de marzo de 2013, Nelson Barría Figueroa, trabajador oriundo de Magallanes, de 37 años, casado y con dos hijos, al 2013, de 7 y 11 años, que había ingresado a Codelco en el año 1998, falleció mientras desempeñaba sus labores como Operador de Pala en la Mina Radomiro Tomic. 

El fatídico hecho ocurrió, tal como señala el informe de Sentencia, luego de una serie de acontecimientos que a la larga dieron cuenta de la responsabilidad penal del superintendente de geotecnia, Luis Díaz Espíndola, quien, pese a contar con los antecedentes técnicos necesarios, no desplegó las acciones necesarias para prevenir el accidente fatal.

La historia previa inicia con el Plan de Trabajo Semanal de la Pala 212, la que fue designada a levantar una rampa preventiva en el banco de material y grava Nº 2870, y luego a trabajar durante el fin de semana en el banco nº 2885. Aún con el plan ya desarrollado, éste se cambió por otro de los imputados, el superintendente de turno, Carlos González Araya, y sin la autorización respectiva. 

El objetivo era que la Pala 212 trabajara sólo en el banco Nº 2870, el que no se encontraba tronado y superaba en más del doble la altura máxima permitida por la Mina, llegando aproximadamente a los 33 metros. Además de esto, estaba ubicado en una zona inestable, lo que aumentaba el riesgo de accidente.

Un día antes al evento que termina con la muerte del trabajador Barría, el viernes 22 de marzo, la Pala 212 presentó problemas mecánicos, derivados de la caída de material del banco Nº 2870. El Jefe de Turno dispone el retiro de la máquina del lugar, lo que fue anulado por el mismo Carlos Araya, quien dispuso que la pala siguiera trabajando.

Durante esa noche, un sistema de radar detectó un gran desplazamiento de material en el banco Nº 2870, que superó los 75 centímetros diarios, superando con creces los 05 centímetros máximos establecidos en la normativa interna de trabajo. Parte de este desplazamiento se produjo por la misma actividad de la Pala 212 en su turno de noche, lo que generó aún mayor inestabilidad en el lugar.

El sábado 23 de marzo, pasadas las 08 de la mañana, se produjo una reunión de planificación, en la cual estuvieron presentes los tres imputados, González Araya (superintendente de turno), Díaz Espíndola (superintendente de geotecnia) y una tercera persona, de apellidos Riquelme Muñoz, quien tenía el cargo jefe de turno. 

En dicha reunión, y pese a contar con los antecedentes técnicos suficientes, el superintendente de geotecnia, Díaz Espíndola, informa que las condiciones de trabajo son seguras en el banco Nº 2870, por lo que se ordena la continuación de los trabajos de la Pala 212, la que pasó a ser operada por Nelson Barría. 

Fue el último turno de este minero, quien cerca de las 10 de la mañana murió aplastado por un desplazamiento de material de más de 3.300 toneladas. 

¿Cómo se resuelve? 

Ampliaremos la información.