Más allá de realizar algún tipo de autocrítica por la huelga de trabajadores portuarios en Valparaíso, el ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, lanzó una advertencia al respecto, asegurando que es algo que no puede volver a ocurrir, pues, a su juicio, la medida tomada por los sindicatos hizo que Chile diera ventajas a sus principales competidores de la región.
“Chile es un país pequeño que compite contra gigantes en el mundo y no podemos dar ventaja, y una de las ventajas que nos perjudica. Lo que no podemos seguir haciendo es abandonar el diálogo y generar conflictos laborales innecesarios”, expresó el secretario de Estado.
Asimismo, replicó que “lo que pasó en el puerto de Valparaíso no debe ocurrir nunca más, porque ahí tuvimos 30 días con el puerto paralizado, no había verdadero diálogo, no había ni siquiera una instancia de conversación y ahí vivimos las consecuencias”.
Según estimaciones de la Empresa Portuaria de Valparaíso (EPV) las movilizaciones dejaron pérdidas por unos 4,9 millones de dólares, algo que no gustó nada en el Ejecutivo.
“Yo hago un llamado, en estas vísperas de fiestas de fin de año, a todas las empresas chilenas, a todos los sindicatos chilenos, a que hagamos un cambio y tengamos una cultura de diálogo”, apuntó.
Sobre el término de conflicto, Mockenberg aseguró que “el acuerdo al que llegan los trabajadores portuarios con la empresa consiste en ciertos beneficios económicos que vienen, de alguna forma, a paliar lo que fue una temporada o un periodo de poco movimiento en el puerto, beneficio económico consistente en un préstamo y además en cierta situación en dinero”.
“Al mismo tiempo los trabajadores necesitan capacitación, especialmente los trabajadores eventuales en materia de seguridad portuaria y ahí se establecen ciertos cursos de capacitación y, al mismo tiempo, se establece una mesa técnica de trabajo para poder ir avanzando en cambios legales que den más garantías y más protección al trabajo portuario”, cerró.