OPINIÓN en el Mes de la Minería: “PORCENTAJE”

Encontrar mineral, extraerlo, transportarlo y venderlo. Son las funciones esenciales de la minería. Parecen palabras simples como muchas otras, como por ejemplo, la simpleza de escribir “Vida” o “vida en la minería”. 

Por Pamela Bordones
Directora de Equidad de Género de Fesumin
Sin embargo, dichas palabras no son una mera conjunción de letras con un significado específico, trascienden lo que somos y lo que tenemos en muchos sentidos, son las implicancias del tiempo dedicado a la operación minera, sus condiciones y el porcentaje que damos de nuestra vida al trabajo, es decir, a la extracción de mineral, a su transporte, al procesamiento y su venta. Mientras tanto los hijos crecen, los padres se vuelven viejos y nuestras compañeras y compañeros vamos sumando años. Sin embargo, la vida de las trabajadoras mineras es particular, distinta y persistentemente difícil.
El mundo de la minería posee una cultura marcada y reproducida principalmente al estilo y gusto de los hombres, donde las mujeres debemos igualar o superar y, lamentablemente tener que demostrar permanentemente lo profesional que somos y perfilar nuestro carácter para ese mundo.
La cancha no es igual para hombres y mujeres. Además, normalmente tenemos a cargo los deberes del hogar y el cuidado de los hijos, nos desdoblamos para cuidar de quienes más amamos, además de ser necesariamente excelentes en nuestros puestos de trabajo.
Las remuneraciones tampoco son las mismas entre hombres y mujeres ante un mismo trabajo. Si hablamos de la desigualdad de dotación, el Estado ha intentado impulsar avances, obligando a las empresas mineras a insertar un incipiente porcentaje de mujeres (10%) dentro de la dotación total porque de lo contrario, probablemente no sería posible. 
La palabra porcentaje no posee el mismo significado y relevancia para una parte y para la otra.
Para el lado empresarial “porcentaje de mujeres” se acerca al significado de un dato, un indicador, un cálculo, el cumplimento de la ley y para las mujeres mineras, es muy distinto, pues hace carne el impacto de dicha mirada, da cuenta de la oportunidad de desarrollar la profesión, dar soporte económico a la familia o seres queridos, aportar al país, tener a cargo la vida de la nación, somos nosotras quienes damos la vida. No se trata de un mero porcentaje. 
Las empresas deben dar respuesta a las necesidades de acceso a la industria y equilibrar a nivel de trato, remuneración y en especial, el respeto y valoración de las mujeres mineras.
Es increíble que al año 2020 aún las condiciones sean similares hace 50 años atrás, en circunstancias que Chile en la actualidad es un país líder en la industria minera.
Al parecer cuesta dejar la precarización en el pasado y adoptar medidas serias y reales que vayan en la dirección de acoger lo justo y eliminar las brechas salariales e instalar una gestión basada en el respeto junto con las metas operacionales.
Las mujeres nos vemos expuesta no tan solo a las diferencias ya descritas, si no a la asimetría de poder en la relación jerárquica y en esta realidad es donde algunas sufren acosos, hostigamientos o viven momentos difíciles por ser madres. 
Es por ello que las adversas condiciones, nos han obligado a forjar nuestro carácter y desarrollar fortalezas sin iguales como trabajadoras mineras, siendo excepcionalmente competentes. 
Nos hemos insertado en minería. Nos hemos tenido que defender y ahora más que nunca hacer lo necesario para revertir las injusticias, las desigualdades y situaciones nefastas a las que nos hemos visto expuestas y que vivimos a diario. 
El país necesita más mujeres en minería, más mujeres ocupando cargos directivos y más mujeres participando en una cancha pareja.
¡¡¡FELIZ DÍA A TODAS A TODAS LAS TRABAJADORAS MINERAS !!!