Una innovadora investigación liderada por el Dr. Felipe Galleguillos, académico de la Universidad de Antofagasta e investigador de SERC Chile, propone una alternativa de generación eléctrica a partir del contraste entre agua dulce y salada, abriendo posibilidades para producir energía limpia en zonas áridas como el Desierto de Atacama.
El estudio, titulado “Recuperación de energía azul en el desierto de Atacama mediante dispositivos de bombeo de iones electroquímicos: una perspectiva chilena sobre la energía del gradiente de salinidad”, analiza el uso de tecnologías conocidas como Mixing Entropy Batteries (MEBs). A diferencia de métodos tradicionales como la ósmosis retardada por presión o la electrodiálisis inversa, las MEBs no requieren membranas y permiten recuperar energía directamente desde soluciones de distinta salinidad mediante reacciones electroquímicas.
“El Desierto de Atacama, pese a no contar con ríos permanentes, presenta condiciones que superan los contrastes de salinidad entre ríos y océanos”, señaló Galleguillos. Esto permitiría aplicar esta tecnología incluso en tierra firme, utilizando mezclas entre agua de mar y salmueras industriales, o entre aguas atmosféricas y residuos municipales.
El equipo evaluó distintos materiales para la fabricación de estas baterías, destacando el uso de sales de litio (LiCl), óxidos metálicos y polímeros conductores, logrando altos niveles de eficiencia y estabilidad incluso tras múltiples ciclos de operación. Según el estudio, esta tecnología podría aprovechar efluentes industriales o salmueras provenientes de procesos mineros y desalinizadores, transformando residuos en una fuente energética aprovechable.
Además, se plantea su integración con energía solar en un modelo de generación fuera de red y bajo una lógica de economía circular, lo que podría beneficiar a comunidades costeras, faenas mineras e instalaciones industriales en zonas de alta radiación solar como Atacama.
Según el investigador, estas tecnologías también podrían ser aplicadas en los salares del norte de Chile, recuperando energía durante la extracción de litio y otros minerales, contribuyendo a reducir el consumo eléctrico y las emisiones. “En territorios con alta demanda energética y escasez de agua, como el norte del país, la energía azul representa una alternativa viable, limpia y complementaria a otras fuentes renovables”, explicó Galleguillos.
Finalmente, el estudio propone avanzar hacia la escalabilidad y aplicación práctica de estas tecnologías en regiones áridas, posicionando al norte de Chile como un referente internacional en innovación energética y sostenibilidad hídrica.


