La participación femenina aumentó un 0,8% en un periodo de 5 años. Hoy alcanza cerca del 8% de la dotación de trabajadores en el rubro minero a nivel nacional.
Por: 4 Ojos
Un poco más de 8 mil mujeres son las que hoy comparten su trabajo en el rubro minero con más de 94 mil hombres. Según un estudio sobre la fuerza laboral en este rubro ,elaborado por el Consejo de Competencias Mineras, de los 102 mil trabajadores totales en minería, tan sólo el 7,9% son mujeres.
La cifra ascendió en los últimos 5 años, ya que en 2012, la participación femenina significaba el 7,1%. En el ámbito de la supervisión, la cifra es menor, llegando sólo al 4,8%.
En la Federación de Supervisores de la Minería Privada, son 2 las mujeres que tienen cargos en las directivas de los diversos sindicatos base que componen la organización. Ellas son Pamela Benítez, dirigente de la minera Caserones y Ana María Ortega de la minera Spence.
En relación al porcentaje de participación femenina, la tesorera del Sindicato de establecimiento Supervisores Minera Spence S.A, señala que “Claramente esta cifra es baja si nos comparamos con otros países, principalmente Australia. Pero si comparamos las cifras con años anteriores en nuestro país, esta ha ido creciendo, aunque paulatinamente. De todas maneras es una señal positiva, ya que cada vez más mujeres van ganando espacios que antes eran impensables. Por lo menos ahora ha ido desapareciendo el mito de que las mujeres traen mala suerte”.
Al ser consultada sobre los mecanismos para atraer mujeres a la minería, Ortega comenta que “los mayores esfuerzos van por el lado de programas de apoyos laborales en cuanto a los turnos de trabajo, que permitan equilibrar y compatibilizar el desarrollo laboral con las responsabilidades familiares; aumentar las oportunidades para generar espacios donde podamos destacarnos y así disminuir la sensación de aislamiento”.
“Pero claramente depende de cada situación en particular. En Spence, por ejemplo, para las mujeres que están en turno 7×7 y que después del postnatal pasan a un turno especial de 4×10, 4 días de trabajo por 10 días de descanso, los cuales van en beneficio de alimentación para el hijo menor de dos años. Este turno, desde el punto de vista familiar es bastante beneficioso, sin embargo en la parte laboral nos genera una gran problemática, ya que se pierde continuidad en la mina ya que se nos derivan a trabajos “administrativos”, que en la realidad terminan siendo trabajos de poca importancia para la organización”, agrega.
Para Ana, una de las cosas más impactantes en el ámbito laboral, es la actitud machista de los colegas. “Esa actitud pasa básicamente por un tema cultural de nuestro país, desde como hemos sido criados y formados en nuestras familias. Yo tengo la esperanza que con las nuevas generaciones eso cambie y que nosotras al tener ese tipo de experiencia cambiemos la historia con nuestros hijos e hijas”, puntualiza.
“La desigualdad laboral nos afecta principalmente por perder las oportunidades al momento de decidir tener hijos, ya que para la mayoría terminas siendo un “cacho”, en donde muchas veces te sientes denigrada y mal mirada por tus colegas”, finaliza.