Nuestra labor como mineros hace que durante muchos días estemos separados de las personas que amamos. Nuestra labor influye, muchas veces, en nuestros estados de ánimo, en enfermedades causadas por el rubro, y hasta en la pérdida de la vida, como algunos de nuestros colegas caídos durante el año.
Es por eso que hoy, con este clima reflexivo y de alegría para las familias, enviamos nuestro abrazo fraterno y cálido a cada uno de ustedes, y esperamos que la alegría, unidad, confianza y esperanza jamás abandonen sus vidas y las de sus familias.
Reiteramos nuestro compromiso para lograr esos avances que tanto necesitamos como supervisores de la minería: jornadas laborales saludables, garantías de seguridad y mejores condiciones laborales.
El año que se aproxima estará marcado por negociaciones colectivas y necesitaremos estar unidos, como una sola organización de trabajadores, para enfrentar un proceso tan importante para todos y todas.
Por ello, anhelamos que estos días junto con la magia que se respira, sean suficientes para renovar fuerzas y que se transforme en una inyección de energía capaz de sostener nuestros principios, valores y bandera de lucha por mucho tiempo más.
Nuestro abrazo alegre, feliz navidad y un exitoso 2018.
