Falta de regulación, de estudios o simplemente el deseo por conseguir réditos económicos a cualquier costo, son causales de los cientos de atentados que se han cometido contra el medio ambiente en nuestro país.
“La incidencia del desarrollo humano tiene variados temas y justamente hablan de lo que para nosotros puede ser ambientalmente correcto”, comienza en su análisis Víctor Riesco, director de comunicaciones de Fesumin.
“El hecho de desarrollar cualquier actividad humana, implica un efecto sobre nuestro medioambiente, solo pensar que las plantas de tratamiento de aguas servidas fueron una realidad hasta hace no mucho en nuestro país, en la década del 90. Y eso porque en Chile no se tenía conciencia que las aguas residuales no eran tratadas y eran vertidas en diferentes ambientes”, agrega.
En la actualidad hay dos puntos que preocupan sobremanera, uno de ellos tiene que ver con la construcción de autos eléctricos, es que, aunque la emisión de gases es, sin duda, un beneficio para el medioambiente, la construcción de baterías de litio no lo es.
Según Bloomberg, el trabajo que se realiza con salmuera en el Desierto de Atacama, está dañando el ecosistema del lugar, y a medida que la creación de autos eléctricos crezca, esta situación irá de mal en peor.
“Estos vehículos que son medioambientalmente sanos, pero su origen y, principalmente, el tema del litio y dónde se extrae, habla de que aún no somos capaces de colocar delante de la necesidad humana el medioambiente y el planeta”, explica Riesco.
“Es así como muchos salares en nuestro Norte Grande se han ido secando por efecto de la utilización del agua para las faenas mineras. Hay que considerar que estas formas de realizar los estudios de impacto ambiental no consideran este tipo de efecto y quizás ya es hora que nos demos cuenta como país que el beneficio mayor no es obtener las cosas que sólo nos beneficien a nosotros, sino que a todo nuestro planeta”, complementa.
El otro punto a considerar tiene que ver con el carbón y los varamientos en el mar, algo que ya ha generado efectos en algunas playas en el sur del país.
“No es un tema nuevo el que los barcos y la zona donde se hace el traspaso de carbón de mar a tierra se pierda material. Uno de los mejores ejemplos de ello es Playa Blanca que está entre Coronel y Lota, hoy es una playa de color oscuro por la presencia de carbón”, relata Riesco.
“Este impacto ambiental de esto nunca se ha evaluado, hay mucho impacto ambiental no se considera en los estudios dado que se minimiza este efecto. Lamentablemente, estos varamientos van a seguir mientras las plantas de entidades privadas como Enel sigan usando carbón como combustible para generar energía”, cierra.