La silicosis es una enfermedad a los pulmones causada por respirar polvo que contiene partículas muy pequeñas de sílice cristalina. Se trata de una patología que suele afectar a los trabajadores mineros, pues el 65 por ciento de estos reconoce que jamás les entregaron mascarilla para desempeñar sus labores.
Según el director de comunicaciones de Fesumin, Víctor Riesco “es algo que lamentablemente se ha visto en muchas mineras del norte con personas que han desarrollado enfermedades profesionales como la silicosis luego de varios años de trabajar en minas subterráneas”
“Es un hecho de la causa y las mutualidades como garantes de la Ley 16.744, realizan los estudios necesarios para el control de lo que corresponde a la salud de los mineros y en varios operadores que han trabajado en minería subterránea se han encontrado rastros o condiciones de silicosis”, agregó.
En un informe elaborado en 2016 el antropólogo Mauricio Miranda y el ingeniero en prevención de riesgos Cristian Evaristi elaboraron para la secretaría regional ministerial de Salud de Aysén, se buscó identificar a ex trabajadores que estuvieron expuestos a polvo en fracción respirable con contenido de sílice, en las extracciones de las mineras ubicadas en Puerto Cristal.
Más de la mitad de los encuestados dijo que jamás se les realizó un control médico durante su trabajo en faena (55 %). Y un 83,3 % nunca fue sometido a rayos X de tórax o pecho.
En esa línea, Riesco señaló que “hay que dejar en claro que la actividad minera en nuestro país, hasta el día de hoy sigue siendo una actividad complicada, dado que antes no existía por parte de la autoridad un control o una fiscalización fuerte referente de lo que se realizaba versus lo que se obtenía”.
“El hecho de que a las personas nunca se le entregaron los elementos básicos para poder realizar el trabajo como se hace ahora. Eso habla muy mal del empresariado que estuvo dedicado a la explotación de estos elementos y mientras más precaria y arriesgada fuese la labor, parece que ganaban más dinero”, complementó.
Asimismo, Riesco señaló que “la silicosis, lamentablemente, es una enfermedad que no se desarrolla inmediatamente, sino que es acumulativa en el tiempo y es degenerativa, degradando la calidad de vida de las personas”.
“Es súper importante que las empresas tomen el real valor de las personas al momento de hacer una actividad minera y los trabajadores también debemos tomar conciencia que el autocuidado es lo más importante y el cuidado de nuestros colegas”, destacó Riesco.
Y es que según los estudios la minería en Aysén ha dejado un pasivo de contaminación en sus suelos, lo cual ha sido constatado dramáticamente en 2015 en Alto Mañihuales con la muerte de ganado e intoxicación de pobladores por plomo, arsénico y mercurio.
“La contaminación a la que están sometidos los territorios donde se realiza la explotación minera afecta no solamente a la tierra en sí, sino que a todo el entorno y también a las personas que trabajan desarrollando la actividad minera”, expone Riesco.
“Existe alta probabilidad de que todos estos relaves y subproductos que quedaron de la explotación de aquellas minas que están alrededor del Lago General Carrera estén contaminando las aguas y las napas subterráneas que son las que llegan a otros puntos del país”, añade.
Finalmente, advierte que “lamentablemente los relave que se generaron de este tipo de explotaciones están dentro del listado de relaves que no tienen dueño en este momento y de las cuales el Estado tiene que hacerse parte para evitar un mayor daño al medio ambiente”.