Aproximadamente dos toneladas de material cayeron sobre el ingeniero en minas de 27 años, Alvaro Ortiaza Tapia, provocándole la muerte instantánea en la mina Flor de Lirio, ubicada en la comuna De Diego de Almagro, el pasado 4 de octubre. Además, un trabajador quedó atrapado en el lugar.
Cabe recordar que este accidente se suma a los ocurridos en los últimos meses en la zona norte: el pasado 10 de septiembre en el que murió un minero y cuatro resultaron heridos durante otro derrumbe, también en la Región de Atacama, en la mina San Antonio.
El pasado mes de junio ocurrió otro derrumbe en una mina en la San José de Tocopilla, en la vecina región de Antofagasta, que dejó dos operarios bolivianos fallecidos y uno herido. Asimismo, los accidentes de trayecto desde Collahuasi y en Los Bronces, que dejaron a 12 fallecidos en menos de un mes.
Desde Fesumin, son claros con el tema: “Cada ciertos días este tipo de noticias se repite. Ahora, un joven de tan sólo 27 años, con toda la ilusión de ejercer su recién lograda ingeniería pierde la vida. No logramos imaginar ni sentir el dolor de su familia y enviamos nuestras más sentidas condolencias”.
“Hechos como este no pueden seguir repitiéndose. ¿Cuántos más deben morir para que el gobierno se de cuenta de que la minería en Chile no es segura y que los trabajadores se están muriendo?”, afirma el Director de Comunicaciones de Fesumin, Víctor Riesco.
“Accidente tras accidente. No es posible que los trabajadores pierdan la vida en el lugar al que van a buscar el sustento para sus familias. Como trabajadores, exigimos que el gobierno y que el presidente Piñera escuche nuestras voces. Somos miles los que pedimos la ratificación del Convenio 176 de la OIT”, agrega.
“Recordemos que en términos generales, el convenio 176 de la OIT obliga a los Estados que lo suscriben a crear una legislación que asegure la fiscalización efectiva en las minas, obligando a las empresas a minimizar los riesgos de accidentes por causas industriales o por fenómenos naturales, entregando a los trabajadores las herramientas para denunciar ante la autoridad cuando hay un peligro inminente en una faena minera. Eso es lo que necesitamos. No podemos seguir perdiendo a colegas. Insisto, ¿Cuántos muertos más necesitan para decir basta?”, finaliza.